27 abr 2012

Reseña de la Reunión Quincenal, Control y Dominación Mental


El sábado 21 de abril se realizó una reunión más del Calabozo, sin duda la asistencia a esta fue numerosa.  En esta ocasión la llevo Bordón, con el tema “Control y dominación mental”.

Se comenzó el tema con la pregunta  ¿Cómo está hecha la mente?, para dar respuesta a ella utilizaron los conceptos del psicoanálisis freudiano, puesto que Freud es el padre de la psicología moderna y del psicoanálisis.

Freud maneja la mente de dos maneras: El modelo topográfico y estructural. El primer modelo espacial es el consiente, que está en contacto con la realidad externa y el preconsciente que es donde está la memoria, el conocimiento aprendido y el inconsciente donde se encuentra la violencia, los miedos, los deseos reprimidos o la necesidad egoísta y las experiencias vergonzosas, son todo aquello que no queremos sentir, ver o darnos de cuenta de que existen.

Es necesario hacer una distinción, con el subconsciente él cual no es un concepto freudiano, es un concepto que utilizan las personas para llamar a los procesos inconscientes.

El otro modelo que tiene Freud es estructural, está dividido en tres: ello, yo y el súper yo. El ello contiene el principio de placer, de muerte, la libido, los sentimientos, las pulsiones las necesidades y los impulsos (los griegos pensaban que cuando uno nacía lo hacía como una tabula raza a la cual hay que rellenar).

El principio del placer, es buscar todo lo que nos produce placer. En la infancia se busca solo satisfacer nuestras propias necesidades sin importarnos las de los demás, en esta etapa no se puede creer que los demás sienten y experimentan diferente a nosotros.

La libido es la energía sexual, los impulsos dedicados hacia la satisfacción sexual. El niño es totalmente sexual y la satisfacen de tres maneras: oral, anal y fálica. En cada una de estas etapas y conforme vamos creciendo el ello va creando una subparte que es el yo.

En el yo se encuentran el principio de realidad, la comunicación con el mundo exterior, la mediación de conflictos internos, las funciones intelectuales y ejecutivas, juicio, tolerancia, planeación, síntesis e intelecto.

A partir de que el yo logra hacer una síntesis entre el complejo de Edipo y el propio narcicismo se construye el súper yo, donde se encuentra la moralidad, la ética, la autoevaluación, la crítica, el reproche, el ideal del yo, la regulación y la represión.  Para que el súper yo funcione tiene que existir este ideal del yo, el ideal del yo es todo aquello que nosotros ponemos como meta personal de identificación con nosotros, es cuando entendemos que el otro es otra persona independiente de mi persona. Esto se da exclusivamente cuando el complejo de Edipo se resuelve, que únicamente se da en el hombre.

El ideal del yo entra en conflicto con el ello y el yo es el que trata de mediar las situaciones. Por ello siempre nuestra mente está en tensión, por el “encuentro” de estas tres partes; es esa tensión es la que hace que nos movamos y que ninguna de las tres partes gane.

Por tales motivos cuando se realiza el BDSM no es recomendable hacer bebido o ingerido drogas puesto que al entrar a un subespacio las reacciones pueden no ser tan gratas: lo que pasa durante una sesión y se llega a entrar al subespace y el yo se encuentra reprimido, las líneas de tención existentes entre el súper yo sobre el ello y el yo se ve debilitada.

En la sesión como lo que se busca es entrar en otro estado de conciencie  para buscar una serie de sensaciones, emociones y liberar otras más el súper yo se hace a un lado; también hay que tener en cuenta que el cuerpo tiene memoria fácil y dentro de las experiencias BDSM se pueden evocar sin tenerlo como un propósito.

En ocasiones aunque la comunicación entre la parte domínate y sumisa sea excelente, existen cuestiones de respuesta que ninguno de los dos conoce. Lo que nos sirve en este sentido es ir conociendo poco a poco las respuestas a los estímulos dados y provocados.

Dentro del BDSM el aftercare nos ayuda a regresar a la parte sumisa a la realidad, hacer que su yo regrese, preguntándole cuestiones básicas ¿Cómo esas? ¿Cómo te sientes?: aquí lo más importante es que nos respondan verbalmente nunca mímicamente puesto que si se da este caso aun no regresa completamente a la realidad. La verbalización como un proceso cognitivo intelectual es exclusivo del yo.

Para poder establecer una relación sana dentro del BDSM (o incluso para la vida misma) es necesario responder cuatro preguntas básicas y muy significativas: ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Qué necesito? ¿Qué hago para obtener lo que quiero y necesito?; pero lo más importante es ser honesto consigo mismo.

Posteriormente se comenzó con la parte práctica, donde intervinieron La Rosa Negra e Ivanna. Se comenzó con tranquilizar a cada uno de ellos y hacerlos entrar en situación, para poder comenzar con la dinámica. Mientras esta se realizaba el resto de los asistentes mostro una actitud de respeto, tolerancia y empatía hacía ambos participantes.

De igual manera, se realizo una dinámica grupal donde los miembros que quisieron participar en ella se dejaron llevar por las indicaciones que les iba dando poco a poco Bordón, al finalizar la misma algunos de ellos comentaron que se sintieron tranquilos, alegres, con calor, relajados… etc., que son algunas de las experiencias que se pueden llegar a experimentar en esta clase de situaciones.

Ahora bien, una de las dudas que surgió en este taller fue ¿Cómo identificar a un manipulador dentro del BDSM? Obviamente, al ser un juego con una carga emocional y sexual significativa muchos de nosotros nos hemos encontrado con personas que dicen pertenecer al medio y no lo son, sus intereses giran en torno a otras cuestiones.

Los aspectos básicos para identificar a un manipulador son:
De entrada, exige que le llames Señor, Amo, Máster… sin ni siquiera haber interactuado previamente. Jamás la parte sumisa está obligada a dirigirse a las partes dominantes si no tienen una relación previa y mucho menos si la parte sumisa no lo siente o desea. El titulo se gana, no se exige.

Te impide ir a reuniones o grupos de temática BDSM, comienzan a restringirte amistades o a criticar las misas;  debido a que les da temor a que la persona con la que quieren relacionarse se dé cuenta que está en una situación de abuso.

No dan o proporcionan algún medio para que los contactes, pero si exigen a la parte sumisa proporcionar algún número o dirección de donde localizarla cuando la necesite.

Aunque en el medio, la gran mayoría de nosotros manejamos nicks, al entablar una relación BDSM es usual dar a conocer nuestro nombre real, un manipulador no lo hará argumentando que es un medio de protección ante el mundo vainilla. 

El dialogo con ellos en relación a la forma de sesión, limites, gustos y preferencias no se da, ellos quieren solo imponer y darse gusto propio, dejando a la parte sumisa como segundo término. Cuando la parte sumisa da a conocer sus deseos y limites la agreden verbalmente o no le dan la importancia que merece.

Siempre ven por su bienestar, cumplimiento de placeres y felicidad pero nunca por el de la parte que lo complementa dentro del medio.

Quizás muchas de las personas que apenas se van integrando o conociendo todo lo que encierra el BDSM temen encontrarse con una mala experiencia, sin embargo una vez dentro del mismo se percatan que la mayoría de sus dudas y miedos fueron erróneos. Se recomienda ir conociendo poco  a poco a las personas, en lugares públicos y seguros.

Abajo se encuentra el esquema del modelo espacial/estructural que se utilizo durante la reunión de este día.

Stefy Bast


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