El sábado
21 de abril se realizó una reunión más del Calabozo, sin duda la asistencia a
esta fue numerosa. En esta ocasión la
llevo Bordón, con el tema “Control y dominación mental”.
Se
comenzó el tema con la pregunta ¿Cómo está
hecha la mente?, para dar respuesta a ella utilizaron los conceptos del
psicoanálisis freudiano, puesto que Freud es el padre de la psicología moderna
y del psicoanálisis.
Freud
maneja la mente de dos maneras: El modelo topográfico y estructural. El primer
modelo espacial es el consiente, que está en contacto con la realidad externa y
el preconsciente que es donde está la memoria, el conocimiento aprendido y el inconsciente
donde se encuentra la violencia, los miedos, los deseos reprimidos o la necesidad
egoísta y las experiencias vergonzosas, son todo aquello que no queremos
sentir, ver o darnos de cuenta de que existen.
Es
necesario hacer una distinción, con el subconsciente él cual no es un concepto
freudiano, es un concepto que utilizan las personas para llamar a los procesos inconscientes.
El
otro modelo que tiene Freud es estructural, está dividido en tres: ello, yo y
el súper yo. El ello contiene el principio de placer, de muerte, la libido, los
sentimientos, las pulsiones las necesidades y los impulsos (los griegos
pensaban que cuando uno nacía lo hacía como una tabula raza a la cual hay que
rellenar).
El
principio del placer, es buscar todo lo que nos produce placer. En la infancia
se busca solo satisfacer nuestras propias necesidades sin importarnos las de los
demás, en esta etapa no se puede creer que los demás sienten y experimentan
diferente a nosotros.
La
libido es la energía sexual, los impulsos dedicados hacia la satisfacción
sexual. El niño es totalmente sexual y la satisfacen de tres maneras: oral,
anal y fálica. En cada una de estas etapas y conforme vamos creciendo el ello
va creando una subparte que es el yo.
En
el yo se encuentran el principio de realidad, la comunicación con el mundo
exterior, la mediación de conflictos internos, las funciones intelectuales y ejecutivas,
juicio, tolerancia, planeación, síntesis e intelecto.
A
partir de que el yo logra hacer una síntesis entre el complejo de Edipo y el
propio narcicismo se construye el súper yo, donde se encuentra la moralidad, la
ética, la autoevaluación, la crítica, el reproche, el ideal del yo, la
regulación y la represión. Para que el súper
yo funcione tiene que existir este ideal del yo, el ideal del yo es todo
aquello que nosotros ponemos como meta personal de identificación con nosotros,
es cuando entendemos que el otro es otra persona independiente de mi persona. Esto
se da exclusivamente cuando el complejo de Edipo se resuelve, que únicamente se
da en el hombre.
El
ideal del yo entra en conflicto con el ello y el yo es el que trata de mediar
las situaciones. Por ello siempre nuestra mente está en tensión, por el “encuentro”
de estas tres partes; es esa tensión es la que hace que nos movamos y que
ninguna de las tres partes gane.
Por tales
motivos cuando se realiza el BDSM no es recomendable hacer bebido o ingerido
drogas puesto que al entrar a un subespacio las reacciones pueden no ser tan
gratas: lo que pasa durante una sesión y se llega a entrar al subespace y el yo
se encuentra reprimido, las líneas de tención existentes entre el súper yo
sobre el ello y el yo se ve debilitada.
En
la sesión como lo que se busca es entrar en otro estado de conciencie para buscar una serie de sensaciones,
emociones y liberar otras más el súper yo se hace a un lado; también hay que
tener en cuenta que el cuerpo tiene memoria fácil y dentro de las experiencias BDSM
se pueden evocar sin tenerlo como un propósito.
En
ocasiones aunque la comunicación entre la parte domínate y sumisa sea
excelente, existen cuestiones de respuesta que ninguno de los dos conoce. Lo
que nos sirve en este sentido es ir conociendo poco a poco las respuestas a los
estímulos dados y provocados.
Dentro
del BDSM el aftercare nos ayuda a regresar a la parte sumisa a la realidad,
hacer que su yo regrese, preguntándole cuestiones básicas ¿Cómo esas? ¿Cómo te
sientes?: aquí lo más importante es que nos respondan verbalmente nunca
mímicamente puesto que si se da este caso aun no regresa completamente a la
realidad. La verbalización como un proceso cognitivo intelectual es exclusivo
del yo.
Para
poder establecer una relación sana dentro del BDSM (o incluso para la vida
misma) es necesario responder cuatro preguntas básicas y muy significativas: ¿Quién
soy? ¿Qué quiero? ¿Qué necesito? ¿Qué hago para obtener lo que quiero y
necesito?; pero lo más importante es ser honesto consigo mismo.
Posteriormente
se comenzó con la parte práctica, donde intervinieron La Rosa Negra e Ivanna.
Se comenzó con tranquilizar a cada uno de ellos y hacerlos entrar en situación,
para poder comenzar con la dinámica. Mientras esta se realizaba el resto de los
asistentes mostro una actitud de respeto, tolerancia y empatía hacía ambos
participantes.
De
igual manera, se realizo una dinámica grupal donde los miembros que quisieron participar
en ella se dejaron llevar por las indicaciones que les iba dando poco a poco Bordón,
al finalizar la misma algunos de ellos comentaron que se sintieron tranquilos,
alegres, con calor, relajados… etc., que son algunas de las experiencias que se
pueden llegar a experimentar en esta clase de situaciones.
Ahora
bien, una de las dudas que surgió en este taller fue ¿Cómo identificar a un
manipulador dentro del BDSM? Obviamente, al ser un juego con una carga
emocional y sexual significativa muchos de nosotros nos hemos encontrado con
personas que dicen pertenecer al medio y no lo son, sus intereses giran en
torno a otras cuestiones.
Los
aspectos básicos para identificar a un manipulador son:
De
entrada, exige que le llames Señor, Amo, Máster… sin ni siquiera haber
interactuado previamente. Jamás la parte sumisa está obligada a dirigirse a las
partes dominantes si no tienen una relación previa y mucho menos si la parte
sumisa no lo siente o desea. El titulo se gana, no se exige.
Te impide ir a reuniones o grupos de temática BDSM,
comienzan a restringirte amistades o a criticar las misas; debido a que les da temor a que la persona con
la que quieren relacionarse se dé cuenta que está en una situación de abuso.
No dan o proporcionan algún medio para que los contactes,
pero si exigen a la parte sumisa proporcionar algún número o dirección de donde
localizarla cuando la necesite.
Aunque en el medio, la gran mayoría de nosotros manejamos
nicks, al entablar una relación BDSM es usual dar a conocer nuestro nombre
real, un manipulador no lo hará argumentando que es un medio de protección ante
el mundo vainilla.
El dialogo con ellos en relación a la forma de sesión,
limites, gustos y preferencias no se da, ellos quieren solo imponer y darse
gusto propio, dejando a la parte sumisa como segundo término. Cuando la parte
sumisa da a conocer sus deseos y limites la agreden verbalmente o no le dan la
importancia que merece.
Siempre ven por su bienestar, cumplimiento de placeres y
felicidad pero nunca por el de la parte que lo complementa dentro del medio.
Quizás muchas de las personas que apenas se van
integrando o conociendo todo lo que encierra el BDSM temen encontrarse con una
mala experiencia, sin embargo una vez dentro del mismo se percatan que la
mayoría de sus dudas y miedos fueron erróneos. Se recomienda ir conociendo
poco a poco a las personas, en lugares
públicos y seguros.
Abajo se encuentra el esquema del modelo
espacial/estructural que se utilizo durante la reunión de este día.
Stefy Bast